Las gafas son uno de los inventos más importantes de la historia de la humanidad, exactamente, el quinto invento más importante desde que la humanidad descubrió el fuego e inventó la rueda, según los expertos.

Las gafas supusieron una revolución e impulso muy notable en el desarrollo de la ciencia, la filosofía y el arte. El célebre orador romano Cicerón (106-43 a.C.) escribía que en su vejez no podía leer y tenían que leerle sus esclavos. Por su parte el emperador romano Nerón (36-68 d.C.) utilizó un dispositivo con una piedra verde transparente para ver las batallas de gladiadores.

 

¿Cuándo se inventaron las gafas?


Las gafas se inventaron en la época medieval. Alhacén (965-1040 d.C), un erudito y astrónomo árabe, puso en el siglo XI las bases teóricas de la “piedra de lectura”. Se trataba de una semiesfera de cristal de cuarzo que actuaba como lupa. Su “Libro de óptica“ fue traducido al latín en 1240 y suscitó interés en muchas comunidades monásticas. Sugería que las lentes pulidas podrían ser de ayuda para las personas que padecieran deficiencias visuales. 

Fue en dichos monasterios donde se materializaron las ideas de Alhacén: en el siglo XIII, monjes italianos desarrollaron una lente semiesférica de cristal de roca y cuarzo que, colocado sobre un escrito, aumentaba las letras. Durante este periodo se empezó a utilizar la palabra alemana para llamar a las gafas (Brille), que es un término que deriva de beryll, el nombre del cristal de roca que se pulió hasta formar las primeras lentes.

El monje franciscano Roger Bacon (1214-1294) afirmaba en un de sus obras: “un segmento de cristal hace ver los objetos mayores y más gruesos, y esto debería ser muy útil para personas ancianas y aquellas que tienen ojos débiles, pues ellas pueden ver así las pequeñas letras con grandor suficiente”

Sin embargo, fue el también monje franciscano Alessandro Della Spina al que se le atribuyó la invención de las gafas en el año 1286. Según los textos de Catalina de Pisa, fue el primero que comunicó que había fabricado lentes para su uso personal y el de sus conocidos. 

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¿Dónde se crearon las primeras gafas?

 

Las primeras gafas como tales se crearon entre 1270 y 1290 en Italia, concretamente en Murano (una pequeña isla situada al norte de Venecia) utilizando para ello sus famosas fábricas de cristal de Murano. Las primeras gafas fabricadas allí se utilizaron para tratar la presbicia y consistían en una lente esmerilada convexa. Un siglo más tarde llegaron las lentes cóncavas para corregir la miopía. 

Al principio, consistían en dos lentes sobre soportes articulados entre sí, que había que sujetar manualmente.

La primera representación pictórica es de 1352 de Tommaso de Módena y nos muestra un retrato del cardenal Hugo de Provenza leyendo en su escritorio. Actualmente este retrato se encuentra en los frescos de la iglesia de San Nicolás de Treviso en Italia, donde se puede ver una imagen de un cristal de lectura y unas gafas de doble remache.

Las gafas, un artículo de lujo para las clases altas y académicas

 

Con el tiempo, las gafas no solo permitían mejorar la visión, sino que además se constituían en un artículo de lujo para las clases altas y académicas. Aunque se dice también, que seguramente las usaron también los profesionales que precisaban de un trabajo detallado: artesanos del tejido, costura, carpintería, contabilidad…

 

A partir de la invención de la imprenta por Gutenberg a mediados del siglo XV, la demanda de gafas aumentó y estas fueron mejorando sobre todo a partir de las experiencias artesanales concretas y no tanto de las grandes innovaciones teóricas. Entre las novedades medievales estuvieron las gafas de hierro y de otros materiales. Un arco rígido unía las dos lentes. También debían sujetarse con la mano. Los modelos posteriores buscaron una mayor comodidad.

 

Algunos pendían de una cinta de cuero que rodeaba la cabeza o de un gorro bajo, sujetas por un alambre. En otras gafas el armazón incluía un asa. Tuvieron importancia los anteojos con lentes de forma circular, con una armadura que se sujetaba en la nariz; en España se llamaron quevedos, por usarlos el escritor Francisco de Quevedo.

 

El uso de gafas, un detonante de diferenciación social

En muchos lugares de Europa se procuraba no exhibirlas en público, por señalar pérdida de facultades.

En España, en cambio, fueron símbolo de estatus o de riqueza. De tal manera que surgieron las gafas sujetas por un hilo que llegaba hasta las orejas, donde las sostenían pequeños pesos de metal. 

Desde finales de la edad media se emplearon también los monóculos, aunque no se popularizaron hasta 1800, cuando se convirtieron en artículos de moda.

Las gafas de patillas sobre las orejas las creó en 1727 el óptico inglés Edward Scarlet. Posteriormente, las novedades vinieron de la mano de las mejoras en las monturas, y de lentes para distintas necesidades visuales. En 1784, Benjamin Franklin inventó las lentes bifocales para usarlas a diferentes distancias. 

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Franklin era miope y cuando empezó a tener presbicia se dio cuenta de que tenía que cambiar continuamente de gafas para lejos y cerca e ideó unos cristales divididos horizontalmente, de modo que la zona inferior enfocaba para leer y la superior le permitía ver bien de lejos. La corrección del astigmatismo no se generalizó hasta finales del siglo XIX.

El adelanto de la óptica, los materiales más ligeros y su abaratamiento generalizaron las gafas a lo largo del siglo XX.

¿Te ha parecido curiosa e interesante la historia de las gafas? ¿Sabías que existían desde hace tantos años?